Dios creò al hombre y la mujer con el fin de estar en esta tierra, en este mundo y disfrutar de las cosas simples de la vida, alimentarnos, correr, saltar y disfrutar, tener paz y tranquilidad, vivir en armonìa con nuestro entorno, animales y la madre naturaleza que nos cobija, ser felices con lo que el Señor creò para nosotros, sin embargo, la codicia, la envidia, el rencor entre nosotros se apoderò de nuestras acciones desde el momento que el poder surgiò como la doctrina a seguir. El poder del dinero ha causado tantos estragos en nuestras vidas y nuestras relaciones que aquello que Dios eligiò para nosotros se fuè esfumando con el pasar del tiempo y lamentablemente es el dinero que nos moviliza y con tal de tener màs y màs poder entre las naciones, la guerra segùn ambiciosos de poder, resulta ser la ùnica manera de resolver nuestros problemas.
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